domingo, 6 de abril de 2008

Terrorismo empresario: una respuesta

No nos vayamos tan lejos!!!... Terrorismo aplicaron los revolucionarios de mayo; terrorismo usó Rosas con su Mazorca; terrorismo de estado fueron las masacres de la Patagonia rebelde, o de la semana trágica...; terrorismo fueron los fusilamientos de la mal llamada "libertadora", terrorismo hizo la "Triple A", y el más terrible de los terrorismos, el terrorismo de estado de la última dictadura militar...

Terrorismo (según tu propia definición,"una forma de violencia política para ir instalando el miedo mediante la intimidación en la sociedad") es lo que están haciendo los ruralistas, que tratan de "rendir" al gobierno democrático desabasteciendo a la población mediante un bloqueo de los insumos imprescindibles para su subsistencia, tratando de imponer su voluntad por el hambre del pueblo, o la paralización económica del país. Si eso no es intimidación, si esa no es una forma de instalar el miedo, si esa no es una forma de violencia, vivimos en planetas distintos...

Más allá de la legitimidad (o no) de sus reclamos, el accionar de los empresarios ruralistas es de una violencia inaudita. No sólo agravian a la Presidenta de todos los argentinos, con palabras que (siendo muy contemplativa) podríamos considerar sumamente descorteses, sino que además, promueven una rebelión sectorial que amenaza la vida, el trabajo y los bienes de la mayoría de los argentinos.

Esta actitud claramente subversiva, se transforma en terrorismo, al impedir violentamente la libre circulación de bienes y servicios mediante un bloqueo salvaje que apunta (se diga, o no) a la caída del gobierno, o a su debilitamiento y subordinación a los intereses empresariales que promueven e incentivan el conflicto. Es terrorismo económico, terrorismo de clases medias y altas, terrorismo empresario...

Contra el intento de "voltear" un gobierno democrático, es absolutamente legítimo resistir el embate golpista, y evitar que con el apoyo de su aparato mediático se apoderen de las calles, rutas y plazas del país. Y la Plaza de Mayo, por su simbolismo e importancia mediática, es un lugar clave de la resistencia y de la lucha popular para defender un gobierno legítimo, constitucional y democrático. Quienes añoran tiempos pasados, o desean la instalación de otro modelo económico y social, tendrán que esperar su oportunidad en las próximas elecciones nacionales. Así se hace en un estado de derecho. Con votos, y no con cacerolas, se decide quién gobierna en la Argentina.


Melisa

Buenos Aires, 31 de marzo de 2008.-

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