domingo, 6 de abril de 2008

Olor a golpe de Estado...

Olor a golpe de Estado. A utilización política de reclamos que pueden ser justos, pero que quedan deslegitimados por la duración de un lockaut empresario que perjudica a todo el pueblo argentino.

Un paro por tiempo indeterminado siempre fue una medida considerada revolucionaria, es decir, una herramienta política destinada a derrumbar un régimen o gobierno indeseable. Este no es la excepción.

La amenaza de desabastecimiento de elementos vitales para la vida del pueblo argentino es un claro chantaje que busca condicionar al gobierno, esmerilar su poder y subordinarlo a intereses no demasiado claros.

No es casual que en momentos en que Kirchner parecía encaminarse a tomar el control del aparato del Partido Justicialista, sin referentes de fuste que le hicieran frente, no puede ser tomada como una casualidad, sin pecar de extrema ingenuidad política. El apoyo del duhaldismo, y del menemismo residual (léase De Narváez, entre otros), no deja ninguna duda sobre el tema.

Los grandes perdedores de octubre (Carrió y la derecha más recalcitrante), aprovechan esta brecha en la fortaleza del gobierno popular, para ocupar un protagonismo que las urnas les negaron. A no confundirse... el objetivo es voltear al gobierno.

Cuando el Kirchnerismo presiona sobre la profundización de las investigaciones y la aceleración de las causas sobre el terrorismo de Estado, sobre la represión ilegal, sobre el secuestro de niños... y últimamente, sobre los estragos de la Triple "A", los sectores más conservadores y reaccionarios de la política argentina se aglutinan para provocar un conflicto y llevarlo hasta sus últimas consecuencias, la renuncia de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, y el cambio de un modelo político que ha limitado sus privilegios y que amenaza una impunidad que lleva demasiados años.

Si alguien piensa que esos sectores mafiosos, capaces de torturar, de violar, de asesinar, de desaparecer personas, de eliminar testigos (como Julio C. López), e incluso, de deshacerse de ex cómplices de sus prácticas más aberrantes (cómo el Prefecto Héctor Febres, envenenado con cianuro), van a permitir tranquilamente que se los condene por actos que avergüenzan a cualquier persona bien nacida, bueno, creo que está absolutamente equivocado.

Un gobierno comprometido con la unidad latinoamericana, con una visión estratégica del Mercosur, que incluye la integración de la Venezuela chavista, no es precisamente algo que al stablishment más poderoso del mundo le resulte agradable. Y ya sabemos lo que les ocurre a los gobiernos que no se muestran dóciles a los designios de Washington. Simplemente un mínimo de memoria nos recordará los numerosos golpes de estado avalados y promovidos desde la capital del imperio. Quieren gobiernos dóciles, gobiernos débiles, gobiernos cómplices… Ni Kirchner, ni Cristina, son de su agrado, es más, son claramente adversarios de sus políticas hegemónicas.

El grito de ¡Qué se vayan!!!... ¡Qué renuncie!!!... Que se escucharon en la Plaza de Mayo, no son casualidad… no es una protesta espontánea, sino una muy bien organizada, que busca la caída del gobierno, o por lo menos, un sustancial debilitamiento del mismo. Y con cuatro años de gobierno por delante, eso no es más ni menos, que un golpe encubierto.

Se quiere borrar con unos cientos de miles de cacerolas, los millones de votos que refrendaron un proyecto nacional. El antiperonismo de la Ciudad de Buenos Aires (y de otros sectores del país) salió a la calle a voltear un gobierno popular. Los mismos ausentes de siempre, esos que jamás se movilizaron en defensa de los derechos humanos, muchos de los que fueron cómplices (silenciosos o militantes) de los golpes de Estado, esos que hablan siempre del “olvido” del pasado y la “unión de los argentinos”, a expensas del más elemental derecho de gentes, del derecho a la verdad y la justicia, salieron a la calle, marcharon a la Plaza de Mayo, cortaron rutas y buscaron la caída del gobierno. Pero el gobierno no caerá, aunque les duela!!!...

La lucha recién comienza!!!… Me voy a la Plaza!!!… Cómo siempre!!!...


Melisa



26 de marzo de 2008.-

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